lunes, 22 de marzo de 2010

SHORTS.
Subía unas escaleras rotas, sin nada en lo que apoyarse. No veía nada detrás de mí. Pero, ¿cómo había llegado hasta allí? Seguí subiendo, pues no veía otra alternativa. Poco después vi una puerta no muy grande, de la cual salía luz por las grietas. Ansioso -un sentimiento extraño, ya que normalmente me asustaba al ver las películas en la que están en esta situación- agarré el pomo, decidido, y abrí la puerta. Hubo tal destello que no pude ver nada por unos instantes. Abrí los ojos, y caía. Sí, ¡estaba cayendo! Por una catarata. Y no recuerdo más. Llegué al agua. 

Este es el único recuerdo de mi vida pasada.




Una tarde primaveral, se fijó en una chica, esta era preciosa a sus ojos. Alta y delgada, con el pelo rubio.
Ella pasó olímpicamente del chico.  Pero el nunca se rindió. Un día se armó de valor y le preguntó si quería ser su pareja en el baile de fin de curso. 'No, ya tengo pareja.', contestó despiadadamente la joven. El chico se decepcionó.
El día del baile, 
la pareja de la joven no acudió con ella. Esta se acercó al chico que días antes le pidiera ser su pareja y le dijo: 'Ya sé como te sentiste. Lo siento'. Él la consoló. Al final, el adolescente se salió con la suya; bailar con la hermosa joven que le había encandilado.

Eva Martín Crego.



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