viernes, 26 de marzo de 2010

Un tipo de amor.


PART 1.
¿Habéis experimentado alguna vez el amor? Sí, ese sentimiento que para algunos es lejano, para otros cernano, odioso, confuso… Da igual como lo sintiérais, por lo menos lo habéis hecho. ¿Sabéis lo que es un amor platónico? Uno inalcanzable, imposible. Pues ese es el que siento yo. El que sentí, el que sentiré, y podría decirlo en todos los tiempos verbales que deseéis.
Supongo que si estáis leyendo esto, es porque os importa mi historia. Así que comenzaré a relatarla.
Para un amor platónico… se necesita un chico o una chica. Más bien dicho, para cualquier amor. Pero no soy lesbiana, así que os imaginaréis que me enamoré de un chico… Y vaya chico. No muy alto, con unos ojazos… verdes.  Y su pelo… Oh, cualquiera desearía acariciarlo, poder tenerlo cerca todos los días.
Un sábado de junio de 2009 quedé con mis amigas, ya sabéis, a dar una vuelta. Fuímos hasta un parque de nuestra ciudad al que acostumbrábamos ir. Nos sentamos en un canco y hablamos. Al lado había una pista que tenía dos canastas, aunque los niños también la utilizaban para jugar al fútbol. Bien, esta vez jugaban al baloncesto. Como os imagináis, me fijé en uno de ellos. Jugaba muy bien, era el más bajo, y tenía un rostro… ¡precioso! Era tan guapo. Una de mis amigas opinó lo mismo. Le pusimos un mote. ‘David’. No me gustaba nada, pensé que un chico como era él tendría un nombre más bonito. Pero qué se le va a hacer…
Lo volví a ver numerosas veces, en paseos, fiestas… Aún que no tantas veces como yo quisiera… Ya me entendéis. Averigüé cosas de él, como su verdadero nombre, apellidos y edad. Y me paro aquí porque aquí está el problema. Los años que me lleva. Digamos que me lleva 5 o 6 añós. ¡Qué bien! ¿No? También averigüé aún que no sé si sería del todo cierto, que tenía novia. ¡Otro punto a mi favor! A este paso…
Yo tenía amigos y conocidos que lo conocían o tenían algún tipo de relación con él. Después de un tiempo, me lo volví a encontrar como la primera vez. Jugando un partido. Pero uno de los conocidos-amigos de los que os hablé estaba con él. Me sentí rara… Mis amigas me decían que él me miraba. Es cierto que coincidimos miradas una vez, pero eso le pasa a cualquiera, ¿o no?
Poco después mi amigo-conocido vino a junto nosotras. Más bien, a junto mí. Hablé con él en privado.
-¿Qué pasa? –pregunté.
-Se ha enterado. Por eso te mira.
-¿Cómo?
-No lo sé. Hoy, nada más llegar, me preguntó quién eras. Me dijo que un amigo suyo se lo había dicho.
-Vaya… Si le molesta que le mire, dile que le dejaré en paz.
-Vale. Vuelvo con los otros.
Y habló varias veces con él, chocó la mano, le pasó el balón, le guiñó un ojo… ¡Lo que habría dado yo por hacerlo!
-¿Jugamos? ¡Me aburro! –dijo una de mis amigas.
Todas coincidimos en lo mismo, ¡a jugar! Aún que fuésemos malas en baloncesto… Jugábamos con los chicos por medio. Algunos descansaban, otros jugaban. ¿Adivináis que hacía él? Descansar.
De repente, me ví con el balón en las manos y subí a encestar, pero me empujaron y caí.
La siguiente escena nunca la olvidaré. Él, tendiéndome una mano para ayudarme, sonriéndome. Su maravillosa sonrisa… ¡Para mí! Por supuesto, agarré su mano. Le toqué.
-¡Ay! –sollocé.
-Creo que te has torcido el tobillo. Has caído mal. Al ‘banquillo’. –me dijo. Me sorprendí. ¿Se estaba relacionando conmigo? Pensé que le parecería una pesada. Me ayudó a no posar el pie hasta un banco cercano. Luego se sentó conmigo.
-Me llamo Nick, ¿y tú? –me guiñó un ojo.
-Claire. Gracias por tu ayuda…
-¿Tú no ayudarías a alguien que se ha caído?
-Tienes razón. –pasamos un minuto o así callados, mirando al suelo, o él a las nubes, yo que sé.
-¿Puedes apoyarlo ya? –rompió el hielo.
-Sí. Gracias.
-Vale. ¿Quieres pasear?
-¡Claro!


TO BE CONTINUED...

Se aceptan críticas y comentarios.

1 comentario: