sábado, 24 de julio de 2010

y ahora...

-Papa, ¿puedo salir a las atracciones y asi con mis amigos?
- A la una aquí
- Papaaa
- Haz lo que quieras.

Ya tiene 15 años, pero me cuesta dejarlo salir por ahi. Cuando lo ves con esa mentalidad tan loca, con esos pelos tan agitados, y su ropa, que decir de esas pintas. No me hace mucha gracia que se valla por ahi de botellón con los amigos. Ya se que bebe, en el fondo hasta su madre lo intuye, pero nadie dice nada. Me duele que lo haga pero solo espero el momento a que se emborrache tanto que vuelva con el estomago vacio y hiel en los labios.

Y hace nada, por estas fechas, cuando solo era un enano, mejor dicho, cuando era aun más pequeño. Debia tener tres años como mucho. Por aquellos tiempos ya era un niño muy despierto, desde primera hora de la mañana no paraba, sus ojos brillaban ocn la intensidad de un faro, era un nervio de niño y muy cariñoso ademas, sinceramente, no se donde se ha ido muchas de sus cualidades de renacuajo. Recuerdo que en el verano de sus 3 años ya nos habiamos mudado. Nos mudamos a una casa en una ciudad con una gran playa que daba a mar abierto a 3 minutos de de casa andando. Su madre se marchaba temprano al mando de la cocina del hotel que estaba en frente de la playa, el San Antonio. Todas las mañanas temprano durante mis vacaciones mamá me despertaba al irse, y despertaba tambien a Nico.
Nico venia corriendo a mi cama cuando ya estaba bien despierto y me tiraba literalmente de la cama. Luego lo sentaba en su trona que ya le quedaba pequeña y me ponia a preparar el desayuno mientras ponia los dibujos matutinos en la television de la cocina.
Despues de desayunar con los cereales del mono Nico cogia sus chanclas y su pelota de playa y corria hacia mi silla cuando aun estaba tomando el desayuno. Me miraba con esos ojos llenos de ganas de correr y saltar ya tan de mañana. Eso era lo que me depsertaba de verdad. Cogia todas mis cosas y nos ibamos a la playa.
A esas horas de la mañana no hacia ese calor tan pegajoso y asfixiante del verano, por la mañana es muy agradable, es el frio de la mañana y el calor del verano, y el agua de esa playa, mar abierto.
Cada vez que recuerdo a Nico corriendo por la playa, con su pelota que corria mas que el, y cuando venia junto a mi a que le ayudase a correr detras de la pelota y nos pasabamos toda la mañana jugando hasta que el sol de la mañana se tornaba caliente y pesado.
Y ahora... las mañanas del verano, tan solitarias, una caminata por la playa cruzandome con las señoras intentando rebajar kilos y viejos que ya no tienen obras que mirar, acaba por ser deprimente de no ser porque tengo mis recuerdos, no podre recuperar aquellos días pero que me quiten lo bailado, que me quiten mis recuerdos si pueden.